Entre halagos desmedidos y merecidos a mi bebé, la doctora afirmó: “es una virosis inespecífica” , así nomás larga la señora que mi pedacito de cielo tiene sus primeros mocos. Tarea para el hogar: vapor y paracetamol cada 8 horas controlando que no suba la temperatura.
Papá Nicomio en el campo (empezó la cosecha), Manolo y yo nos subimos al expreso viral, una línea férrea cuyo recorrido incluye baños vaporosos que emulan amaneceres londinenses, aspiración de mocos y termofren gotas. El viaje es algo ajetreado y más lento de lo que nos gustaría, nos urge llegar a destino: paraíso libre de mocos. Por extraño que parezca pareciera que Manolo está mejor preparado para viajar que yo y cuando me invade una urgencia desesperada porque el cuadro viral se desintegre nunca falta una amplísima sonrisa.
NOTA: Tiene el pechito tomado? Manu no… YO SI.