martes, 16 de noviembre de 2010

Buscando inspiración.

Infinita necesidad de contar pero pareciera no haber historia… A escasos metros míos Manolo goza de una plácida siesta matinal, su cuna aun parece enorme, pero no tan enorme como hace un par de meses. Acompañan el silencio cientos de pajaritos… el campo. No salí corriendo a bañarme porque curiosamente me bañe ayer por la noche, no acompaño a Manu en su siesta porque no tengo nada de sueño… raro no? Situaciones poéticas si las hay.
Disfruto de este delicado equilibrio… creo entender al escuadrón anti bombas, cualquier movimiento en falso puede echar por tierra la calma matutina. Llega Papá Nicomio apurado (ritmo de cosecha), irrumpe en la habitación enérgicamente… elevo mis brazos poniéndolo sobre aviso… duerme, silencia su ruidosa impronta, agarra unos papeles y se va, no sin antes intentar decirme  algo, no entendí, fue muy bajito… duerme. Escasos minutos más tarde golpean… buscan a Papá… salto del asiento cuidando cada movimiento, en un par de trancos desordenados pero silenciosos me adelanto a los sucesivos golpes… abro… buen día!! … contesto el saludo con mucho menos volumen del implementado por el feliz visitante… le indico amablemente y muy bajito que Papá entró y salió (ritmo de cosecha), duerme? … si duerme.
Vuelvo a mis mates…  una cebada más tarde irrumpe el Abuelo Nicomio, se para en seco producto de mi gesto desesperado… duerme, baja considerablemente la velocidad y pone el silenciador, mira la cuna, acompaña a su actitud pausada una cara que desconocía… deja de ser Papá por un rato y es todo un Abuelo. Se varitmo de cosecha.
Pienso…
Manolo es el sujeto tácito del verbo dormir.
Quien sabe la siesta matutina requiera un ritmo diferente.
NOTA: Ya no duerme.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Cuestión de peso.

 “… que lindo… que gordito…”  Todos habremos tenido oportunidad de sufrir en carne propia o de haber atestiguado el momento sacro en el que algún longevo personaje suelta con total liviandad esa máxima. Cosa de viejo… no?  
Lo llamativo es que ese afán de abundancia recrudece en innumerable cantidad de madres cuya primer necesidad al salir de la cita con el pediatra es comunicar cuanto engordó… la relación gramos – sonrisa orgullosa es directamente proporcional.  Especial atención en este punto merecen las madres que amamantan a sus hijos, que ya con un par de meses de “buen engorde” portan con mentón enaltecido la cara ideal para promocionar a la Serenísima.
NOTA: Madres modernas?

domingo, 14 de noviembre de 2010

Maternidad explorer

Resulta que una vez que el bebé nace, no sólo no dejamos de lado el seguimiento web, sino que lo reforzamos un poco.
Año 2010, la incalculable cantidad de información acumulada en el ciber espacio, sumado a la necesidad infinita de resolver conflictos materno-infantiles, produce que colocando en un buscador la frase “bebé llora antes de dormir”, aparezca un gran número de resultados que van desde foros de madres en crisis a técnicas inmensamente falibles de cómo resolver el trastorno que nos aqueja.
Encontraremos, estimulación temprana, juegos, canciones, tablas de crecimiento y desarrollo… en fin, una montaña informativa que consumiremos con los fines de perfeccionarnos en nuestra labor.
 Tendremos la memorable tarea de conocer a un notable grupo, las mamás de foros… son aquellas a las que debemos estar infinitamente agradecidas, las heroínas ocultas en la matrix que confiesan sus debilidades: “no duerme en la cuna, sólo con nosotros!!” “se tranquiliza a upa… únicamente” “llora desconsoladamente para dormir” “tiene cólicos y el factor ag no le hace nada”. Helas ahí, humanas, defectuosas y perfectas… madres. Hacedoras de interrogantes cuyas respuestas muchas veces son nuestras respuestas…
NOTA: Como todo en la vida pisar los extremos no es de lo más aconsejable… dejaré para las que como yo navegamos la maternidad explorer  la carcajada cómplice de haber leído una magnánima pavada, y para el mismo grupo la placidez de conocer que nuestro hijo atraviesa los mismos “angustiosos” procesos que tantísimos otros bebés.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Tiburón 2

Cuatro meses, mi tiburón es casi doméstico, los encuentros, sumamente familiares y afectuosos, ya son parte de mi rutina diaria. Recuerdo casi con nostalgia aquellos primeros momentos en los cuales rogaba que no se despertara en la sala de espera para no tener que alimentarlo en público, ya no queda un ápice de ese pudor… Las citas con mi devorador han adquirido cierto matiz mecánico, inherente a lo más primitivo y la práctica los ha vuelto por demás eficientes… ya podemos atender el teléfono por ejemplo.
Nuestro rey de las profundidades se parece más a Mandibulín que al acechador de focas de Discovery Chanel , apacible y simpático ya se vincula con nosotras a través de sus manos, y mientras lo alimentamos nos agarra un dedo o nos acaricia el pecho. Justo entonces, cuando bajamos la guardia, el gran blanco nos recuerda porque se emplaza en el pináculo de la cadena alimenticia, su naturaleza reclama dominación, poderío… el tierno y reposado tiburón empieza a curiosear. No pareciera haber nada de malo en ello, excepto por el mínimo detalle de que cuando gira su rostro (con velocidad exagerada por cierto) olvida abrir la boca. Se está preparando para desarrollar su yo carnívoro y casi amenazante aprieta su mandíbula firmemente, en sus ojos pareciera regodearse… “mami… falta poco para que me salgan los dientes”
Abandona su comida para entablar una conversación dispersa y con ánimo algo monologista en un idioma que aprendió en tierras lejanas durante alguna migración. Pienso… si la naturaleza fuera sabia, las tetas serían de goma.
NOTA:  Por mi parte continúo observando fascinada la esencia salvaje de mi pequeño, los abrazos fraternos de los que habíamos conversado (He domesticado a un "gran blanco") continúan desarrollándose rutinariamente, sólo que ahora empiezo a tener mucho más claro quién es el que manda… domador domado?

viernes, 5 de noviembre de 2010

El expreso cambia de rumbo.

“Virosis inespecífica” … de ahí a la bronquiolitis sin escalas… Tomó frío? Se contagió de alguién? Dónde??? Cómo?? Cuándo??
La cosa evoluciona más o menos así:
Jueves: Manolo está con algunos moquitos… llamo médico (vino médica). Diagnóstico: Inocente “virosis inespecífica”… para no alarmarse.
Viernes: Para quedarme más tranquila lo llevo a su pediatra (que no atiende los jueves). Diagnóstico: Lo mismo… y agrega “… es un resfrío… tranquila” con ese énfasis dedicado especialmente a las primerizas.
Sábado: Manolo sigue igual… esta caído… será psicosis mía??
Domingo: Lo llevo a visitar a mi Tío  el Doctor…Con algo de vergüenza le cuento vía telefónica que él sería el tercer médico que ve al bebé por unos mocos… “traelo” usó el mismo tono del pediatra que controla a Manu con dos gotitas de ternura, después de todo… es mi tío.
“Está con un bronco espasmo, tiene una bronquiolitis” Ay Dios!!! Porque no se llamará “gripecita”? Valió la insistencia eh!! Tildo en el check list “instinto  maternal”
He aquí mis conclusiones y confesiones:
Los polizontes del expreso.
Sin darnos cuenta se suben con nosotros al expreso  un grupo de personajes no tan gratos como nos gustaría. Cómo descubrir a los polizontes? Son los que se sientan en el asiento de junto y el tren está vacío, los que se duermen en tu hombro… Hablan un idioma distinto, a saber: “Tiene nana? … mmm … Habrá tomado frío! Lo sacaste?” “Che, como llora! Se quedará con hambre?, No habrá que suplementarlo?” “Pobrecito!! Es delicadito!!”
Sabor amargo.
Tal y como atesora nuestra memoria, los medicamentos infantiles continúan siendo espantosos… clonamos a Dolly pero no podemos hacer remedios menos repulsivos.  
Mamá Canguro.

 Fue realmente imprescindible atravesar este proceso abrazada a mi hijo… hablo de mi necesidad por supuesto.
Ahora, cada vez que mi caramelo grita desesperadamente porque sólo quiere estar a upa, luego de sumergirme en el gozo de verlo mejor…  comienzo a elucubrar la estrategia que voy a tener que implementar para “volver a la normalidad” (con  “normalidad” me refiero a volver a pertenecer a la raza humana y abandonar a los marsupiales, léase canguro o koala).
SOS Mamá!

El estrecho vínculo que une a las madres con sus hijos se angosta aun más cuando emprendemos el viaje en el expreso. Y no me refiero sólo a Manolo… Presumo haber recurrido a Abuela Nicomio más o menos 300 veces por minuto.   
Descubrí que ella es dos veces Nicomio… Mamá y Abuela y que aunque el viaje le cuesta por dos, conoce el recorrido y pareciera resultarle al menos más familiar.
Nebulizador.
Cuando lo compré llegue a casa y le faltaban las mascarillas y las mangueras… lo fui a cambiar… tardé más o menos 50 min, terminé cambiando opiniones con el encargado de “electro” que parecía convencido de que me había hurtado dos mascarilla… el señor solidaridad a quien sin duda en algún momento le dedicaré unas palabras, parecía no notar a mi pequeñito de imponentes y pasados 8 kilos a “upita” mio. No conocía aun en ese momento que me quedarían unas memorables 10 cuadras a pie … no había taxis.
En ejercicio de mi labor de madre nebulizadora,  si no es por la oportuna itervención de mi madre, le inundo el cerebro de mocos a Manolo… había puesto la manguera en el orificio para nebulizar en lugar de colocarla en el aspirador… relación turbulenta con el electrodoméstico eh!.
Después de una primera no muy buena impresión con el humeante aparatito… ya hemos entablado cordiales encuentros.

NOTA: Gracias a Dios hemos llegado a destino.

lunes, 1 de noviembre de 2010

La ira de las diosas

A ver si puedo exponer mi punto para poner un poco de luz sobre este fenómeno psico- físico que he dado por llamar expulsión gestacional de filtro buco - cerebral.
Entre la boca y el cerebro de todo ser humano medido existe lo que se conoce comúnmente como filtro, el solar filtra los rayos UV, el melita el café, el de la pileta el agua y el buco-cerebral palabras nocivas para el medio ambiente. Cuando una hembra de la raza entra en estado de preñez, la prominencia del abdomen expulsa de manera abrupta el filtro. No hay espacio en el cuerpo de la madre para que convivan el ser en gestación y el mecanismo de seguridad. La consecuencia inmediata de esté fenómeno es la pérdida de paciencia, irritabilidad, contestaciones poco decorosas, originalidad en materia de insultos y en casos extremos pensamientos homicidas.
Cuidado, el efecto continúa en el puerperio.
NOTA: Atención mamucha:  “palabra suelta no tiene vuelta” … y eso esta buenisimooo!!!

Síndrome de la novicia rebelde.

Una vez convertida en madre,  inevitablemente recorreras tus vivencias intentando rememorar arrullos, resumirás las interminables canciones de Maria Elena Walsh, y la aventura del Monoliso terminará cuando se olvide el cuchillo en el dulce de membrillo…
En fin, cantamos, cantamos, cantamos… bien, mal, regular, no importa.
Para las que no tenemos la suerte de tener una armoniosa voz, el pudor… la vergüenza… son sentimientos que a medida que observamos que nuestras agradables melodías serenan al niño, desaparecen por completo. Al principio el canturreo a penas se alza entre las voces del mundo exterior, a medida que el bebé va creciendo y necesitando un canto más enérgico y comprometido, como buena madre, en el medio del almuerzo del domingo, más de uno se va a sumar a cantar un hit a viva voz.
Henos ahí, por la calle, empujando un cochecito al ritmo desenfrenado de “Una pulga aventurera”. Despertamos miradas comprensivas de madres transeúntes, sonrisas socarronas de niñitos… Sorpresa! Eres toda una artista callejera!!!
NOTA: No hay nada más hermoso en el mundo que la sonrisa de tu hijo mientras escucha las terriblemente desentonadas estrofas de una canción probablemente pasada de moda.