La vida más caótica y maravillosa de la tierra, despertares retorcidos en una cuna pequeñísima con un barrote en la espalda y tu hijo en el pecho. Mates desordenados entre migas de galletitas y sonajeros. Miedo a equivocarnos y la certeza de que lo haremos, abrazos apretados, besos mocosos, nebulizaciones. El recuerdo imborrable de la primera sonrisa, “AJO”, las primeras palabras, noches de inmenso y profundo cansancio. Un cajón repleto de preciosas y descabelladas discusiones con Papá Nicomio y sus correspondientes reconciliaciones interrumpidas.
Gastos enormes, decisiones difíciles, actos escolares, reuniones de padres. Una cama de dos plazas donde “somos mucho más que dos”.
Hermosa y difícil tarea la que hemos elegido. Hoy más que nunca, veámonos reflejadas en los ojos de nuestros hijos, les deseo muchísimas felicidades a todas las que como yo disfrutamos de esta tarea.
NOTA: Por sus siempre sonrientes e inocentes palabras, por sus desmedidos enojos, por carcajadas desproporcionadas, por estar enamorada del hombre con el que se casó y formó una hermosa familia normal. Por permitirme seguir aprendiendo, te deseo MAMI el mejor de los días.
2 comentarios:
Aplausos. Aplausos. Y una duda: ¿Una familia hermosa es una familia normal?
Como lectora de estas páginas, me sumo al saludo a tu madre.
Habiéndo hecho un análisis, lejos de toda seriedad académica y por lo tanto suceptible de ser revatido sin más, concluyo que la "normalidad" se extingue como los pandas, las ballenas azules y una gran lista de todo tipo de criaturas, quien sabe en poco tiempo tengamos que llamarla "anormalidad".
Por ahora prefiero pensar que las familias ruidosas y domingueras... llenas de gritos y problemas diversos siguen siendo normales y hermosas. Es la primavera... la maternidad... es ese no se que...
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