Me llamó bastante la atención una situación puntual que se da durante el embarazo: te encontrás con una caterva de maestros de la adivinación del sexo del bebé.
Es rutina que caminando por el barrio, la vieja número uno te diga, “ay querida tenés la panza en punta, es varón”, lo más llamativo del caso es que, una cuadra más tarde, la vieja número dos aduce: “de cuanto estas?, que panza redonda! Es nena!! Yo cuando tuve a Milagritos estaba igual que vos!!” .
Que si te sentís mal es nena y si te sentís bien varón, si te ponés fea nena, linda varón (bastante machistas por cierto los principios adivinatorios, pero eso lo dejamos para otro momento), que si la cadenita gira o no, que el pelo con el anillo, la tabla china. Lo más lindo es que uno recibe presagios tan terminantes para un lado como para el otro.
NOTA: Disfrutemos de la ansiedad de conocer si va a abundar el rosa o el celeste y hagamos todas las pavadas conocidas, después de todo de eso se trata no? Yo por mi parte les digo que la tabla china la pega bastante. JAJAJAJA!!!!
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